Se llama Alejandro Axel “N” y a este pobre hombre le cayó todo el peso de la idiota y obtusa justicia a la mexicana.
Con el testimonio de tres testigos –que sólo vieron al presunto criminal utilizando una casco- fue presentado como el asesino de la modelo y escort (eufemismo para prostituta) de origen argentino, Karen Ailen Grodziñiski.
Fue a la cárcel y estuvo prácticamente sentenciado por los medios de comunicación que, en este país, tienen la función de juez y parte.
Para todo México Axel era un malvado asesino.
Por supuesto que la procuraduría armó el expediente con las patas, como ya es costumbre, y antes de ponerse a revisar los hechos prefirieron salir ante los medios a mostrarles la cabeza del acusado.
Nadie revisó que Axel se encontraba en Colombia cuando ocurrió el asesinato de Karen.
Sólo hasta que la defensa presentó el pasaporte con sellos de entrada al país sudamericano, se dieron cuenta que el acusado al que casi habían condenado, era inocente.
Afortunadamente el documento, junto con un video que lo muestran en un centro comercial colombiano la noche del asesinato, fuero pruebas suficientes para exonerar a Axel, quién salió esta madrugada del Reclusorio Oriente.
Ese es el tipo de justicia al que estamos expuestos los mexicanos. Procuradores –como Edmundo Garrido Osorio- que lo único que quieren es quedar bien ante los medios antes que hacer justicia.
Procuradores que ni siquiera se toman la molestia de revisar las pruebas a favor de indefenso ciudadano que su único crimen fue el de ponerse frente a un idiota prepotente con ganas de llevarse unos aplausos.